martes, 26 de junio de 2012

Resultados de Río+20

El desarrollo sostenible después de Río+20
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) terminó con más sombras que luces. Los dos grandes temas de debate -la economía verde
Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias, 26/06/2012, 10:31 h | (141) veces leída
Las delegaciones que han asistido a la Cumbre de la Tierra Río+20 han renovado compromisos pasados ​​y han acordado afrontar nuevos retos, pero no han dado forma definitiva a los instrumentos que deben ayudar a superarlos. Si bien no se ha retrocedido, los avances han sido limitados.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) terminó con más sombras que luces. Los dos grandes temas de debate -la economía verde y la reforma del marco institucional para el desarrollo sostenible- han recibido un impulso débil. Nada parecido a lo que se consiguió en la Cumbre de la Tierra de 1992 de dónde salieron acuerdos y tratados (Agenda 21, Convención sobre Diversidad Biológica, Convención Marco sobre el cambio climático) que marcaron las políticas públicas en todo el mundo durante las décadas siguientes.
Largo camino para la economía verde

La lucha contra la pobreza se ha destacado como uno de los principales retos de cara al futuro. Naciones Unidas ha reclamado a todos los países a responder al reto de hambre cero. Una de cada 5 personas del planeta viven en la extrema pobreza. Sin embargo, en Río+20 no se han llegado a establecer metas concretas que sirvan para dar continuidad a los  Objetivos del Milenio, centrados en erradicar la pobreza, más allá del 2015. Cabe recordar que desde el Programa de Naciones Unidas del Medio Ambiente (PNUMA) se pidió que la cumbre  dibujara objetivos cuantificables en todos los campos relacionados con la sostenibilidad.
La definición de unos Objetivos de Desarrollo Sostenible que integren las tres principales dimensiones de la sostenibilidad, la económica, la social y la ambiental, ha quedado pendiente.
La economía verde es para Naciones Unidas una herramienta fundamental para luchar contra la pobreza y a la vez conlleva beneficios ambientales, ya que implica una menor dependencia de los combustibles fósiles. Hay una conciencia generalizada de que hay que ir disminuyendo el apoyo económico a estos combustibles. Pero esto no se ha traducido en un plan para hacer efectivo este objetivo. El compromiso de iniciar una transición universal hacia una economía verde no ha sido posible por varias razones. Primero, porque existen diferentes visiones en el escenario internacional sobre las implicaciones de este concepto. Algunos grupos se oponen por razones ideológicas: sostienen que es una estrategia más del capitalismo para imponer su modelo. Algunos países cercanos a los movimientos indigenistas y estos propios movimientos tampoco son favorables porque ven el dominio del Norte contra el Sur pobre. Los países en desarrollo representados por el G-77 no son contrarios, pero consideran que una transición hacia la economía verde pide una adaptación a cada contexto y una inyección de recursos económicos (unos 30 mil millones de dólares al año) que, en estos momentos de crisis, los países más ricos no están dispuestos a pagar.
Por otro lado, el cambio climático -favorecido por los combustibles fósiles- no ha sido objeto de mucha atención en Río+20. Este tema tiene una presencia mínima en el documento final. Sobre el cambio de modelo en producción y consumo sólo se ha llegado a la conclusión de que es "indispensable". No se ha trazado una hoja de ruta para llegar.
Reforma institucional a medias
En cuanto al cambio del marco institucional para mejorar la gobernanza mundial en el desarrollo sostenible, la Unión Europea lideraba la defensa de la creación de una Agencia de Naciones Unidas especializada y con presupuesto propio, pero los EE.UU. y Canadá se opusieron. De las principales opciones posibles - una nueva agencia de medio ambiente, un consejo dentro de las Naciones Unidas, como el Consejo Económico y Social, o el mismo PNUMA con un nuevo mandato reforzado- se ha elegido la última. Todas las opciones habían sido valoradas en un estudio previo por Naciones unidas.
De esta manera, el PNUMA incrementará su presupuesto; tendrá poderes para impulsar la investigación científica y para coordinar todas las estrategias ambientales a nivel global. También se ha acordado establecer un foro de alto nivel para coordinar el desarrollo sostenible, pero su forma concreta no ha sido definida. Este foro deberá sustituir a la actual Comisión para el Desarrollo Sostenible. Otros objetivos que se han fijado son: detener la pérdida de biodiversidad; mantener y restaurar los niveles de las pesquerías en los océanos; seguir incrementando el acceso de las poblaciones al agua potable; hacer compatible el apoyo a la actividad minera con el impacto ambiental. Para conocer en detalle el grado de compromiso al que se llegó en cada tema, se puede consultar el contenido del documento final El futuro que queremos.
Causas del avance limitado
El avance limitado de Río+20 tiene su explicación de fondo en las diferencias entre los países y su explicación inmediata en las dificultades encontradas en las negociaciones previas a la conferencia.
De esta manera, en el tercer comité preparatorio Prepcom III -el último antes de la conferencia- se llegó a un nivel de consenso muy bajo sobre el contenido del borrador del documento final.  Esto hizo peligrar el resultado final de la cumbre. Entonces, el presidente de la oficina por el proceso preparatorio de Río+20,  John Ashe, pidió al país huésped, Brasil, que promoviera el consenso entre delegaciones. Brasil lo hizo elaborando un texto con los contenidos simplificados del cual se omitieron todos los párrafos que eran motivo de desacuerdo. La decisión afectó a aspectos clave, como los medios para implementar la economía verde.
Este documento rebajado fue el que entró a la conferencia causando una gran decepción entre los representantes de la sociedad civil, en especial entre los grupos ambientalistas. Estos colectivos denunciaron el uso una terminología poco concreta. Se referían sobre todo a la presencia de un gran número de verbos -como reconocer, entender o alentar- como ejemplo de vacuidad semántica y compromiso puramente retórico.
La prensa mundial también se mostró crítica con el texto y la más incisiva, como es el caso del diario The Guardian de Londres, subrayó la ausencia de medios de implementación que permitan llevar a cabo los acuerdos. Incluso El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, manifestó al inicio de la cumbre que esperaba "un documento más ambicioso" por parte de las delegaciones. Brasil, por su parte, lo valoró como "satisfactorio".   
Los encuentros plenarios con las delegaciones, con el nombre de Looking at the way forward in Implementing the expected outcomes of the Conference, podían haber servido para hacer ganar amplitud y compromiso el texto de El futuro que queremos y superar sus limitaciones, pero no fue así. Paralelamente a los plenarios, las delegaciones discutieron los temas de la cumbre y el mismo texto del documento final en mesas redondas. Tampoco aquí hubo avances. Este documento recoge las posiciones más destacadas de estas reuniones.
Apuesta por el realismo
Naciones Unidas ha tenido que asumir este resultado final seguramente para evitar una derrota mayor. De todas formas, el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon dijo en la ceremonia de clausura de Río+20 que "Los discursos han terminado. Ahora empieza el trabajo", calificando la cumbre de "sólida plataforma sobre la cual se puede construir". En su parlamento, también pidió a las delegaciones que se basen en los compromisos asumidos durante la cumbre para conseguir la prosperidad económica, ambiental y social El secretario general de Naciones Unidas también recordó que el esfuerzo no sólo corresponde a los gobiernos, sino que implica "a las empresas más grandes del mundo, a las organizaciones filantrópicas, y los jóvenes voluntarios que son parte de un creciente movimiento global para el cambio." En esta cumbre las delegaciones estatales han podido escuchar las recomendaciones hechas por los representantes de la sociedad civil. "Nuestro trabajo-subrayó Ban Ki-moon-es crear una masa crítica, un impulso irresistible y el camino es largo y difícil".
Medidas positivas
A pesar de la falta de grandes acuerdos estratégicos, Río +20 ha permitido adoptar una serie de medidas positivas de cara al desarrollo sostenible. Así, los grandes bancos de desarrollo del sistema de Naciones Unidas han acordado invertir 175.000 millones de dólares en transporte sostenible durante la próxima década.
Igualmente, se ha producido un elevado número de compromisos voluntarios por parte de diferentes actores (gobiernos, organismos de Naciones Unidas, grupos de la sociedad civil) con el objetivo de adoptar medidas concretas en diferentes campos de la sostenibilidad. En este contexto, Cataluña se ha comprometido con la generación de empleo dentro de la economía verde. Aunque no es un producto de la cumbre, Ban Ki-moon divulgó la tarea que se está haciendo a nivel mundial a favor de la energía sostenible a través de la iniciativa Energía Sostenible para Todos.  Lanzada por Naciones Unidas en septiembre de 2011, reúne a gobiernos, empresas y grupos de la sociedad civil para hacer que los sistemas de energía del mundo sean más accesibles, eficientes y limpios. En estos momentos-según se anunció-hay 100 compromisos en este ámbito.
Después de Río+20 la prensa mundial ha recogido cientos de juicios sobre los resultados obtenidos. Una de las aportaciones más originales la constituye la de los analistas Frances G. Beinecke, Presidente del Natural Resources Defense Council, y  Trip Van Noppen, Presidente de Earthjustice. En un artículo en el New York Times afirman que "Sería equivocado valorar la cumbre como un fracaso". Los autores sostienen que ha servido para descubrir las limitaciones manifestadas por los poderes políticos y económicos, y para darse cuenta que corresponde a la ciudadanía tomar la iniciativa en el desarrollo sostenible. En este sentido califican la cumbre de "catalizador" y de "punto de partida".
http://www.sostenible.cat/ - ECOticias.com

Cumbre Rio+20 culmina con plan para medio ambiente y contra la pobreza

 
Read Later  Sociedad civil denunció "fracaso" y falta de ambición de los líderes reunidos.
La cumbre Rio+20 culminó este viernes en Brasil con la aprobación de un modesto plan para avanzar hacia una "economía verde" que frene la degradación del medio ambiente y combata la pobreza, un acuerdo fuertemente criticado por falta de metas vinculantes y financiamiento.
La cumbre, la mayor en la historia de la ONU, reunió durante 10 días a líderes y representantes de 191 países 20 años después de la histórica Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro, que tomó decisiones para combatir el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación.
El texto final fue saludado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, como un "muy buen documento, una visión sobre la cual podemos construir nuestros sueños".
"Brasil fue el responsable por construir un consenso posible. El consenso posible es un punto de partida y no de llegada", señaló por su parte la anfitriona de la cumbre, la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
El acuerdo de 53 páginas "es la definición de la economía de los próximos 20 o 30 años", estimó André Correa do Lago, jefe negociador de Brasil.
"Los líderes del mundo se reunieron en Río de Janeiro para decir que la prioridad máxima del mundo es la erradicación de la pobreza, y la segunda prioridad es un cambio de los patrones de consumo y producción que sean viables para un mundo que tendrá 9.000 millones de habitantes para 2050", afirmó.
Pero miembros de la sociedad civil, furiosos, denunciaron el "fracaso" y la falta de ambición de los líderes.
"Rio+20 ha sido un fracaso de proporciones épicas", señaló Kumi Naidoo, de Greenpeace Internacional, uno de los activistas en la alternativa Cumbre de los Pueblos, que congregó a unos 50.000 participantes en 10 días, quien se reunió con Ban este viernes para entregarle un documento con críticas.
"Ahora debemos trabajar juntos para formar un movimiento que enfrente la crisis económica, ecológica y de igualdad que está siendo impuesta a nuestros hijos. El único resultado de esta cumbre es una rabia justificada, una rabia que debemos transformar en acción", dijo.
El documento final adoptado por los líderes mundiales subraya las principales amenazas: desertificación, agotamiento de los recursos pesqueros, contaminación, deforestación, extinción de miles de especies y calentamiento climático, catalogado como "uno de los principales desafíos de nuestro tiempo".
También lanza un proceso para adoptar Objetivos de Desarrollo Sostenible, propuesta de Colombiaque midan los avances sociales y ambientales de los países, y que reemplazarían a los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU cuando éstos expiren en 2015.
El acuerdo impulsa la transición hacia una "economía verde", un concepto promovido por los europeos, pero criticado por varios países en desarrollo y activistas, que temen que represente la mercantilización de la naturaleza y promueva el proteccionismo en detrimento de las naciones pobres.
El Grupo de los 77 países en desarrollo (G77), más China, reclamaron al inicio de la conferencia un fondo de 30.000 millones de dólares anuales para poder cumplir con las metas socioambientales, pero en un contexto de crisis económica mundial, el acuerdo final no define cifras.
En cuanto al Programa de Medio Ambiente de la ONU (PNUMA), que los europeos querían transformar en organización mundial, se decidió que por ahora sólo será fortalecido, como querían Brasil y Estados Unidos.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, lamentó el viernes que la defensa de los derechos reproductivos de la mujer -su derecho a decidir si tener o no hijos- haya quedado fuera del texto final, un planteo también realizado por otras líderes, como la anfitriona de la cumbre, Dilma Rousseff.
No obstante, Clinton destacó que el documento "marca un avance real para el desarrollo sostenible", que definió como "uno de los temas más urgentes de nuestro tiempo".
Clinton reemplazó en la cumbre al presidente Barack Obama, quien no acudió a la cita, como tampoco la jefa de Gobierno de Alemania, Angela Merkel, ni el primer ministro británico David Cameron.
RIO DE JANEIRO
Cumbre Rio+20 culmina con plan para medio ambiente y contra la pobreza

La sociedad civil denunció fracaso y falta de ambición de los líderes que se reunieron.
La cumbre Rio+20 culminó este viernes en Brasil con la aprobación de un modesto plan para avanzar hacia una "economía verde" que frene la degradación del medio ambiente y combata la pobreza, un acuerdo fuertemente criticado por falta de metas vinculantes y financiamiento.
La cumbre, la mayor en la historia de la ONU, reunió durante 10 días a líderes y representantes de 191 países 20 años después de la histórica Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro, que tomó decisiones para combatir el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación.
El texto final fue saludado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, como un "muy buen documento, una visión sobre la cual podemos construir nuestros sueños".
"Brasil fue el responsable por construir un consenso posible. El consenso posible es un punto de partida y no de llegada", señaló por su parte la anfitriona de la cumbre, la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
El acuerdo de 53 páginas "es la definición de la economía de los próximos 20 o 30 años", estimó André Correa do Lago, jefe negociador de Brasil.
"Los líderes del mundo se reunieron en Rio de Janeiro para decir que la prioridad máxima del mundo es la erradicación de la pobreza, y la segunda prioridad es un cambio de los patrones de consumo y producción que sean viables para un mundo que tendrá 9.000 millones de habitantes para 2050", afirmó.
Pero miembros de la sociedad civil, furiosos, denunciaron el "fracaso" y la falta de ambición de los líderes.
"Rio+20 ha sido un fracaso de proporciones épicas", señaló Kumi Naidoo, de Greenpeace Internacional, uno de los activistas en la alternativa Cumbre de los Pueblos, que congregó a unos 50.000 participantes en 10 días, quien se reunió con Ban este viernes para entregarle un documento con críticas.
"Ahora debemos trabajar juntos para formar un movimiento que enfrente la crisis económica, ecológica y de igualdad que está siendo impuesta a nuestros hijos. El único resultado de esta cumbre es una rabia justificada, una rabia que debemos transformar en acción", dijo.
El documento final adoptado por los líderes mundiales subraya las principales amenazas: desertificación, agotamiento de los recursos pesqueros, contaminación, deforestación, extinción de miles de especies y calentamiento climático, catalogado como "uno de los principales desafíos de nuestro tiempo".
También lanza un proceso para adoptar Objetivos de Desarrollo Sostenible que midan los avances sociales y ambientales de los países, y que reemplazarían a los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU cuando éstos expiren en 2015.
El acuerdo impulsa la transición hacia una "economía verde", un concepto promovido por los europeos, pero criticado por varios países en desarrollo y activistas, que temen que represente la mercantilización de la naturaleza y promueva el proteccionismo en detrimento de las naciones pobres.
El Grupo de los 77 países en desarrollo (G77), más China, reclamaron al inicio de la conferencia un fondo de 30.000 millones de dólares anuales para poder cumplir con las metas socioambientales, pero en un contexto de crisis económica mundial, el acuerdo final no define cifras.
En cuanto al Programa de Medio Ambiente de la ONU (PNUMA), que los europeos querían transformar en organización mundial, se decidió que por ahora sólo será fortalecido, como querían Brasil y Estados Unidos.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, lamentó el viernes que la defensa de los derechos reproductivos de la mujer -su derecho a decidir si tener o no hijos- haya quedado fuera del texto final, un planteo también realizado por otras líderes, como la anfitriona de la cumbre, Dilma Rousseff.
No obstante, Clinton destacó que el documento "marca un avance real para el desarrollo sostenible", que definió como "uno de los temas más urgentes de nuestro tiempo".
Clinton reemplazó en la cumbre al presidente Barack Obama, quien no acudió a la cita, como tampoco la jefa de Gobierno de Alemania, Angela Merkel, ni el primer ministro británico David Cameron.
RIO DE JANEIRO
AFP

jueves, 21 de junio de 2012

Acerca de Río+20

Portal Río+20

Construyendo la
Cumbre de los Pueblos Río+20

Documentos
Posicionamiento de la sociedad civil de América Latina y el Caribe sobre Río+20 y la economía verde Posicionamiento de la sociedad civil de América Latina y el Caribe sobre Río+20 y la economía verde


Antecedentes


El mundo enfrenta una crisis de civilización en la que el sistema económico mundial basado en la acumulación de capital ha roto el equilibrio con la Madre Tierra. El actual modelo está llevándonos al límite del equilibrio donde pronto llegaremos a un punto donde el daño será irreversible, con grandes impactos y consecuencias para los pueblos del mundo. El 10% más rico del mundo tiene más de la mitad de los ingresos a nivel global y las personas en los países ricos consumen recursos naturales diez veces más que en los países más pobres, mientras que a nivel global, 1 billón de personas pasan hambre, 1.6 billones no tienen acceso a electricidad y más de mil millones no tienen acceso a agua potable.

Este sistema económico, capitalista y depredador ha permitido el empoderamiento de las transnacionales que lucran con los recursos naturales y especulan en el mercado financiero, hasta el extremo de que de las 100 mayores economías mundiales, mas de 40 son de transnacionales. Los compromisos de los gobiernos para la reducción de gases de efecto invernadero son insuficientes lo que significa que muchas regiones sufrirán eventos extremos impredecibles donde miles de millones de personas serán afectadas y desplazadas. En medio de esta crisis financiera, energética, climática, ambiental y alimentaria, los países del G8 (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia, Japón, Rusia y la Unión Europea) como los países más poderosos del mundo con sus aliados como Brasil y las transnacionales pretenden salvar el sistema capitalista a través de la imposición de la “Economía Verde”, en vez de realizar cambios a las causas estructurales.

Ante este preocupante panorama, la sociedad civil de América latina y el Caribe, después de realizar un profundo análisis participativo,

Declara:


Ante la propuesta de la Economía verde


Denunciamos que la Economía Verde sigue apostando por la errónea idea de un crecimiento económico infinito en un mundo que tiene límites. Rechazamos la mercantilización de la Madre Tierra – de sus ciclos vitales y sus funciones,  así como los pagos por “servicios ambientales” para crear nuevos productos financieros para el mercado especulativo. Denunciamos que la Economía Verde no acabará con el modelo extractivista. La minería, los hidrocarburos y el modelo agroexportador que seguirán teniendo impactos negativos para el medio ambiente y los derechos de los pueblos.

La economía verde fortalecerá el poder económico de las transnacionales que son incluso mucho más influyentes que los países más desarrollados y que además cuentan con mecanismos de autoprotección a través de los Tratados de Libre Comercio, como son los sistemas de arbitraje para proteger sus inversiones y ganancias futuras, como el CIADI.  La imposición de la Economía Verde en América latina y el Caribe se constituirá en un retroceso de las conquistas de las luchas de los pueblos, afectando derechos ya constituidos como el derecho al agua, el derecho a un medio ambiente sano, a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos indígenas, entre otros.

Apoyamos la carta del estado de acre firmada por treinta organizaciones de la sociedad civil en rechazo a la mercantilización de la naturaleza y en defensa de los territorios y alertamos a las comunidades de otros territorios a resistir la implementación la Economía Verde y no seguir el ejemplo del gobierno de Acre. Ante las falsas soluciones que forman parte de la propuesta de economía verde. El Norte debe tomar la iniciativa de recortar drásticamente e inmediatamente sus emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con sus obligaciones de transferir tecnología y financiamiento sin condicionamientos. La economía verde es un “permiso” para que las grandes industrias contaminen el medio ambiente.

Denunciamos las falsas soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como son la energía nuclear, la captura y almacenamiento artificial de carbono, los transgénicos y los biocombustibles. Las soluciones al problema que atraviesa el planeta no son la aplicación de nuevas tecnologías, si no la transformación de políticas estructurales. Exigimos el cese de todos aquellos proyectos destructivos de la Madre Tierra como son la minería a cielo abierto, la explotación de hidrocarburos en zonas ecológicamente sensibles, las megarepresas y los proyectos del IIRSA.
Rechazamos los procesos de integración regional que son dominados por las grandes capitales.

Ante las negociaciones de Rio+20

Exigimos a los gobiernos nacionales que defiendan activamente los intereses de sus pueblos en el actual texto de negociación y asuman responsabilidad con las futuras generaciones. Exigimos a los gobiernos no avalar la Economía Verde y no aceptar los acuerdos de Rio+20. Los estados deben asegurar que las negociaciones sean amplias, francas y transparentes.

Exigimos a los gobiernos nacionales defender el derecho al agua, y los derechos de la Madre Tierra y los derechos de los pueblos indígenas expresados en las resoluciones de la Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático (Tiquipaya, 2010). Afirmamos la importancia de defender el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, el principio de precaución y el principio de acceso a la información, participación pública y justicia.

Exigimos mecanismos reales y creativos como la creación de un impuesto a las transacciones financieras. Es necesario construir instrumentos al servicio de la gente, con un sistema de gobernanza democrática y transparente que promueva políticas públicas inclusivas, integración entre los pueblos y un nuevo modelo de desarrollo. Las transnacionales del G8, en complicidad con los Estados, han capturado el sistema de la ONU, se han apropiado del discurso social y ecológico, y tienen una mayor participación en las negociaciones de Rio+20 que la sociedad civil. Los grandes intereses privados que mas contaminaron el planeta, junto al Banco Mundial y el G20, impulsan la Economía Verde para reposicionarse y continuar haciendo negocios como siempre. Las negociaciones de Rio+20 deben ser “party driven” con más participación de la sociedad civil.

Modelos alternativos de la vida – alternativas a la Economía Verde

El Vivir Bien como un enfoque integral y los derechos de la Madre Tierra son una alternativa al modelo de desarrollo capitalista depredador de la Madre Tierra y explotador de la humanidad. No somos dueños de la naturaleza: Somos parte de la Madre Tierra y exigimos el respeto a sus ciclos vitales. Así mismo exigimos que los Estados promuevan políticas de apoyo a la producción campesina y la soberanía alimentaria sin transgénicos porque es la única forma de detener el avance de las transnacionales que lucran con la alimentación del planeta. Se debe generar una nueva alternativa global a la Economía Verde para restablecer el equilibrio con la Madre Tierra como plantear el Vivir Bien, con complementariedad y solidaridad para el convivir bien entre seres humanos.

Una economía alternativa reciproca significaría un modelo de vida basado en lógicas comunitarias, organizaciones económicas campesinas de mujeres y hombres indígenas, campesinos y campesinas, de colectivos de pobladoras, obreras y obreros.

Una redistribución equitativa de la riqueza, orientando los modos productivos a cubrir las necesidades reales de las mujeres y los hombres.

Es necesario construir una alternativa a la concepción de “servicios ambientales” y del “capital natural” que solamente apuntan a la mercantilización de la naturaleza. La gestión y manejo integral de los bosques, agua, tierra, entre otros seres de la naturaleza es una alternativa viable a la filosofía de la Economía Verde. Exigimos a los gobiernos nacionales cumplir con los principios del Vivir Bien, expresados en el trabajo de la sociedad civil global en la Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático realizada en Bolivia, en el 2010, no solo como un discurso, sino con políticas concretas para una transición paulatina que supere al capitalismo en todas sus formas.

Acciones de articulación inmediata


Convocamos a la sociedad civil internacional a construir alianzas para resistir la imposición de la Economía Verde en la región y a construir un nuevo modelo para lograr el Vivir Bien en armonía con la Madre Tierra.

El estado, las comunidades, la cooperación internacional y otros sectores deberán evitar la degradación del medio ambiente de forma directa o indirecta que atente contra los derechos humanos y de la madre tierra (agua, aire, tierra) y deberán velar por la restauración de las zonas afectadas.

¡Nos movilizamos junt@s hacia Rio+20 en rechazo a la economía verde!
¡Junt@s construimos modelos alternativos para defender la vida y lograr el Vivir Bien!

Acerca de Río+20




Documentos...... 

También disponible en English, Français
Los gobiernos de todo el mundo se reunirán en Río de Janeiro, Brasil del 20 al 22 de junio de 2012, para supuestamente conmemorar 20 años de la “Cumbre de la Tierra”, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que estableció por primera vez una agenda global para el “desarrollo sostenible”. Durante esa cumbre, en 1992, se adoptaron tres convenios internacionales: el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Convenio de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Convenio de Lucha contra la Desertificación. Cada una de ellos prometía poner en marcha un conjunto de acciones destinadas a proteger el planeta y la vida sobre él, y contribuir a que todos los seres humanos gocemos de una vida digna.

Muchas organizaciones sociales en ese momento saludamos y apoyamos con esperanza las nuevas convenciones. Veinte años después, vemos que las causas reales del deterioro ambiental, económico y social siguen sin ser atacadas. Peor aún, nos alarma profundamente que la próxima reunión de junio servirá para profundizar las políticas neoliberales y los procesos de expansión capitalista, concentración y exclusión que nos tienen hoy envueltos en una crisis ambiental, económica y social de gravísimas proporciones. Bajo el nombre engañoso y mal intencionado de “economía verde” , hoy se anuncian nuevas formas de contaminación y destrucción ambiental, así como nuevas olas de privatización, monopolización y expulsión desde nuestras tierras y territorios.

La Vía Campesina se movilizará para este evento, representando a la voz campesina en el debate mundial y defendiendo un camino diferente de desarrollo, arraigado en el bienestar de todos y todas, que garantice los alimentos para todos, que proteja y garantice que los bienes comunes y los recursos naturales estén al servicio de un buen vivir para todas y todos y no de las necesidades de acumulación de unos pocos.

Veinte años después: el planeta y la humanidad en crisis


Veinte años después de la Cumbre de la Tierra, el conjunto de la vida en el planeta se ha vuelto dramáticamente difícil. El número de personas hambrientas ha aumentado a casi mil millones, lo que significa que uno de cada seis seres humanos está pasando hambre, principalmente niños y mujeres del campo. La expulsión desde nuestras tierras y territorios sigue avanzando de manera acelerada, ya no sólo por las condiciones de desventaja que se nos imponen desde los tratados comerciales y el sector industrial, sino por nuevas formas de acaparamiento de la tierra y el agua, la imposición global de formas de propiedad intelectual que nos roban nuestras semillas, por la invasión de semillas transgénicas, el avance de las plantaciones de monoculivos, los megaproyectos, la minería.

Las grandes promesas de Río 92 han resultado una farsa. El Convenio de Biodiversidad no detuvo la destrucción de la biodiversidad y fortaleció y generó nuevos mecanismos destinados a privatizarla y convertirla en mercancía. La desertificación sigue avanzando de la mano de la agricultura industrial y la expansión de los agronegocios y de las plantaciones de monocultivos. El calentamiento de nuestro planeta -con todo los desastres y el sufrimiento dramático que ya está causando- no se ha detenido, sino que se ha acelerado y agravado.

El gran engaño de 1992 fue el “desarrollo sustentable”, que inicialmente las organizaciones sociales vimos como una posibilidad de enfrentar la raíz de los problemas. Sin embargo, no fue más un lavado de cara de la búsqueda de nuevas formas de acumulación. Hoy buscan legitimar una nueva fachada, especialmente bajo el nombre de “economía verde”

La “economía verde” y otras falsas soluciones: un nuevo asalto a los pueblos y sus territorios


La ganancia capitalista ha generado la mayor crisis del sistema desde 1929. Desde 2008, el sistema hegemónico intenta encontrar salidas a su crisis estructural,buscando nuevas posibilidades de acumulación que mantengan su lógica. Es en estecontexto que ocurrió la captura corporativa de los convenios de diversidad biológica ycambio climático y, consecuentemente, el desarrollo de esta nueva ingenieríafinanciera llamada Capitalismo Verde.

Gobiernos, empresarios y los organismos de Naciones Unidas han pasado los últimos años construyendo el mito de la “economía verde” y del “enverdecimiento de la tecnología”. La presentan como la nueva posibilidad de hacer coincidir el cuidado de la Tierra con los negocios, pero es en realidad la vía para lograr nuevos avances del capitalismo, hasta poner a todo el planeta bajo el control de los grandes capitales. Son varios los mecanismos que se impulsarán a través de la economía verde y todos ellos aumentarán la destrucción. Más específicamente,

La economía verde no busca detener el cambio climático ni el deterioro ambiental, sino generalizar el principio que quien tiene dinero puede seguir contaminando. Hasta el momento han utilizado la farsa de la compra de bonos de carbono para poder seguir emitiendo gases invernadero. Hoy están inventando los bonos de biodiversidad. Es decir, las empresas podrán seguir destruyendo bosques y ecosistemas, siempre y cuando le paguen a alguien para que supuestamente conserve la biodiversidad en algún otro lado. Mañana posiblemente inventen los bonos de agua, de paisaje, de aire puro.

Los sistemas de pago por servicios ambientales se están utilizando para quitarle sus tierras y territorios a los pueblos indígenas y campesinos. El mecanismo que están impulsando con más fuerza gobiernos y empresas es el sistema REDD y REDD plus. Dicen que es un sistema para reducir las emisiones de gases invernadero producto de la deforestación y degradación de los bosques, pero se está utilizando para imponer, por un pago irrisorio, planes de manejo que les niegan a familias y comunidades rurales el acceso a sus propias tierras, bosques y fuentes de agua. Además, garantizan el acceso irrestricto de las empresas a las áreas de bosque colectivo, potencializando la biopiratería. También imponen contratos que amarran a las comunidades a esos planes de manejo por 20 años o más y que dejan las tierras indígenas y campesinas como prenda hipotecaria, lo que crea la posibilidad cierta de que esas comunidades pierdan sus tierras. El objetivos de los servicios ambientales es tomar control de los espacios naturales de reserva y de los territorios que aún están bajo el control de nuestras comunidades.

Otra iniciativa de la economía verde es convertir a las plantas, las algas y a todos los restos orgánicos (rastrojos, estiércol, etc) en fuente de energía para sustituir el petróleo; es lo que llaman “uso de la biomasa” . Con los agrocombustibles, esto ha significado que millones de hectáreas que debieran estar cubiertas de bosques o produciendo alimentos hoy se utilizan para alimentar máquinas. Si efectivamente se generaliza el uso energético de la biomasa, veremos que la vida en el mar se reduce aún más porque una parte importante de especies marinas se quedará sin alimento, que nuestros suelos no recuperarán la materia orgánica que es imprescindible para conservar la fertilidad y protegerse contra la erosión y la sequedad, y que será imposible alimentar a nuestros animales porque los alimentos se harán cada vez más escasos y caros. También se agravará la escasez de agua, ya sea por el cultivo de agrocombustibles, ya sea por que nuestros suelos no tendrán capacidad para absorber y retener agua al faltarles la materia orgánica.

Después nos hablan de “agricultura climáticamente inteligente”, que sólo busca que aceptemos una nueva Revolución Verde -posiblemente con transgénicos- y que en vez de exigir apoyo efectivo para defendernos de los efectos del cambio climático, aceptemos pagos irrisorios que funcionarán igual que REDD. También buscan imponernos sistemas altamente dependientes de grandes cantidades de agrotóxicos, como la siembra directa a base de pulverizaciones aéreas de Round Up, los que pasan a ser llamados “agricultura baja en carbono.” Es decir, nos obligarán a hacer un cierto tipo de agricultura y podremos perder el control sobre nuestros territorios, nuestros ecosistemas y nuestra agua.

Uno de los aspectos más perversos de las falsas soluciones que se impulsan en las negociaciones internacionales es la de restringir el acceso y el uso del agua de riego. Usando como pretexto el hecho que el agua de riego es escasa, proponen que el agua se concentre en “cultivos de alto valor”; es decir que se rieguen los cultivos de exportación, los agrocombustibles y otros cultivos industriales, y que se deje de regar los cultivos para la propia alimentación

El impulso de soluciones tecnológicas que no son solución alguna es parte también de la agenda de las discusiones en Río. Entre las más peligrosas están la geoingeniería y la aceptación de los cultivos transgénicos. Hasta el momento, ninguna de las soluciones propuestas por la geoingeniería ha demostrado tener capacidad real de solucionar los problemas del clima. Por el contrario, algunas de las formas de geoingeniería (como la fertilización de los mares) son tan peligrosas que internacionalmente se ha declarado una moratoria sobre ellas. Para que aceptemos los transgénicos se nos dice que crearán cultivos resistente a la sequía y al calor, pero lo único nuevo en transgénicos es más variedades resistentes a herbicidas, las que además están haciendo que vuelvan al mercado herbicidas altamente tóxicos, como el 2,4,-D.

El plan más ambicioso y lo que algunos gobiernos identifican como “el mayor desafío” es el de ponerle precio a todos los bienes de naturaleza (como el agua, la biodiversidad, el paisaje, la vida silvestre, las semillas, la lluvia, etc), para luego privatizarlos (con la excusa de que conservarlos requiere dinero) y cobrarnos por su uso. A esto se le llama la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB). Es el asalto final a la naturaleza y la vida, pero también a los medios de trabajo y de vida de los pueblos que viven de la agricultura, la caza y la pesca.

Este capitalismo “verde” tiene en la mira especialmente los espacios rurales comunes, la agricultura, la tierra y el agua. Ya estamos sufriendo sus efectos en la forma de acaparamientos de tierra, privatización del agua y de los océanos, de los territorios indígenas, de los parques nacionales y las reservas naturales, todos procesos que están siendo acompañados de expulsiones forzadas de comunidades campesinas e indígenas.

La solución real: poner al centro las agriculturas campesinas e indígenas


Los pueblos campesinos e indígenas somos quienes concentramos los mayores niveles de pobreza, porque se nos ha despojado de la tierra y se nos ha cercado por la ley o por la fuerza para que no podamos cultivar e intercambiar libremente. Sin embargo, somos pueblos que seguimos resistiendo la expulsión desde el campo, y aún somos más del 90% de la población rural. Nuestras formas de hacer agricultura enfrían el planeta, cuidan los ecosistemas y aseguran la alimentación para los sectores más pobres.

Toda solución real pasa por detener el lucro desenfrenado del capital, acabar con la complicidad de los gobiernos y apoyar las formas de producción que efectivamente cuiden el planeta. La Soberanía Alimentaria es parte del corazón de los cambios necesarios, el único camino real para hacer posible alimentar a toda la humanidad. Nuestras propuestas son claras y entregan soluciones reales:

Debemos cambiar el sistema alimentario industrial agroexportador por un sistema basado en la soberanía alimentaria, que devuelva a la tierra su función social como productora de alimentos y sustentadora de la vida, que ponga en el centro la producción local de alimentos, los circuitos de comercialización y procesamiento local. La soberanía alimentaria permite acabar los monocultivos y los agronegocios, fomentar los sistemas de producción campesina que se caracterizan por su mayor intensidad y productividad, su capacidad para dar trabajo, cuidar el suelo y entregar una producción sana y diversificada. La agricultura campesina e indígena es también la que puede enfriar el planeta; con capacidad de absorver o evitar hasta 2/3 de los gases invernaderos que se emiten cada año.

La tierra actualmente en manos campesinas e indígenas es alrededor del 20% de la tierra agrícola a nivel global. Si embargo, con esa tierra las familias y comunidades campesinas e indígenas producimos al menos la mitad de la alimentación mundial. En nuestras manos está la forma más segura y eficiente de superar el hambre en el mundo.

Para asegurar alimentación para todos y restaurar la normalidad climática en la tierra, es necesario que la agricultura vuelva a ser una tarea en manos principalmente de comunidades campesinas y pueblos indígenas. Para ello debe hacerse de manera urgente reformas agrarias integrales y de gran amplitud, que acaben con la concentración extrema y creciente de la tierra que hoy afecta a la humanidad. Esas reformas agrarias son las que darán las condiciones materiales para que la agricultura cumpla su papel en beneficio de la humanidad entera y por ello la defensa y protección de las agriculturas campesinas e indígenas es hoy una tarea de todas y todos. En lo inmediato, es necesario detener todos las transacciones, concesiones y traspasos que signifiquen concentración o acaparamiento de tierras y/o desplazamiento de comunidades rurales.

Los sistemas campesinos e indígenas de agricultura, caza, pesca y pastoreo que ayudan a cuidar la tierra y la alimentación deben ser apoyados adecuadamente con fondos y medios públicos no condicionados. Los mecanismos de mercado -como venta de carbono y servicios ambientales- deben desmontarse de inmediato y reemplazarse por medidas reales, como las que mencionamos más arriba. Detener la contaminación es un deber que nadie puede evadir comprando derechos a seguir destruyendo.

El uso legítimo de lo que ahora organismos internacionales y empresariales llaman biomasa es alimentar a los seres vivos y volver a la tierra para restaurar su fertilidad. Las emisiones provenientes del derroche de energía deben reducirse en base al ahorro y el fin del despilfarro. Necesitamos fuentes de energía renovable decentralizados, al alcance de los pueblos.

Todos movilizados para desenmascarar Rio+20 y el capitalismo verde


Nosotros y nosotras, campesinos y campesinas, agricultores y agricultoras familiares, campesinos y campesinas sin tierra, pueblos indígenas y migrantes -hombres y mujeres- nos oponemos decididamente a la mercantilización de la tierra, nuestros territorios, el agua, las semillas, los alimentos, la naturaleza y la vida humana. Reiteramos lo dicho en la Cumbre de los Pueblos en Cochabamba, Bolivia: “La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.”

Repudiamos y denunciamos la economía verde como una nueva máscara para ocultar mayores niveles de codicia de las corporaciones y del imperialismo alimentario en el mundo y como una forma brutal de lavarle la cara al capitalismo, que sólo impone falsas soluciones, como el comercio de carbono, REDD, la geoingienería, los transgénicos, los agrocombustibles, el bio-char y todas las soluciones de mercado a la crisis ambiental.

Nuestro reto es restituir otra manera de relacionarnos con la naturaleza y entre los pueblos. Ese es también nuestro deber y nuestro derecho y por ello seguiremos luchando y llamamos a seguir luchando incansablemente por la construcción de la soberanía alimentaria, por la reforma agraria integral y la recuperación de los territorios indígenas, por poner fin a la violencia del capital, y por restituir los sistemas campesinos e indígenas de producción basados en la agroecología.

NO A LAS FALSAS SOLUCIONES DEL CAPITALISMO VERDE
AGRICULTURA CAMPESINA YA!
Portal Río+20

Construyendo la
Cumbre de los Pueblos Río+20

El trasfondo de la economía verde El trasfondo de la economía verde

Compartimos un documento que elaboramos colectivamente las organizaciones firmantes como introducción a un Compendio sobre Economía Verde que estamos preparando para Río + 20. Ante la necesidad de clarificar las verdaderas intenciones de la propuesta de la “Economía Verde” lo estamos dando a conocer como posición común de los colectivos que estamos participando en este proceso.

Profundización de la crisis climática y ambiental como camino a mejores negocios

Vivimos tiempos difíciles. La humanidad y el planeta estamos sumergidos en una trama de diversas crisis que parecen agravarse o enraizarse cada vez más. La crisis climática se suma a una crisis ambiental más general, y ambas se agravan producto de la crisis económica. Al mismo tiempo, quienes detentan poder para determinar posibles cauces de acción nacional e internacional parecen incapaces de identificar soluciones reales. Las negociaciones internacionales giran en torno a falsas promesas de solución, en medio de un ambiente de complacencia y autoengaño que nos recuerda el traje del emperador: tenemos frente a nosotros la evidencia desnuda que las crisis son graves en extremo, pero sólo escuchamos aplausos para un manto de soluciones que no son tales.

A diferencia de lo que ocurría una década atrás, ya nadie puede esgrimir ausencia de evidencia o de conocimiento acerca de la crisis climática y de la crisis ambiental. Fueron miles y miles de organizaciones, activistas y científicos que se dedicaron a invertir todo tipo de esfuerzos para hacer conciencia en la sociedad y entre las autoridades. La evidencia científica y práctica es tan abrumadora, que los intentos por ignorarlas se baten en retirada. Por momentos, cuesta hoy recordar que no mucho atrás éramos un mundo en que casi todos los gobiernos y empresarios se negaban a reconocer la crisis climática o, en términos más generales, la crisis ambiental. Mientras el calentamiento y el deterioro seguían y seguían, los gobiernos hacían poco o nada y las empresas querían que se hiciera menos aún. Sin embargo, la conciencia acerca del problema pareció abrirse camino de a poco. Hoy, los llamados a cuidar el planeta surgen de todos los rincones. Desde las bombillas de bajo consumo en cada hogar hasta grandes edificios corporativos que no contaminan un ápice, nos rodean los ejemplos sobre cómo todos y cada uno debemos hacernos responsables por las crisis y ayudar a solucionarlas.

¿Será que finalmente logramos concientizar a pueblos, gobiernos y empresarios? En parte claro que sí y en parte claro que no. La información que hemos socializado y la experiencia cotidiana han logrado que sectores extremadamente amplios sepan hoy que los sistemas climáticos y ecológicos han sido profunda y gravemente alterados. Por lo mismo, sólo una agenda ideológica de corte dogmático extremo permite negar en la actualidad que enfrentamos una crisis climática y ambiental de proporciones incalculables. Todo indica, sin embargo, que gobiernos y empresarios no decidieron reconocer lo obvio porque por fin vieron la luz, sino porque finalmente lograron idear o entrever formas de hacer mucho dinero con las crisis que afectan la sobrevivencia del planeta. Todos los grandes actores de las finanzas globales[3], así como un número creciente de fondos de inversión en cambio climático[4] —tanto públicos como privados— con el apoyo del Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo, han elaborado documentos donde resaltan una y otra vez las grandes oportunidades de negocios que se han creado con las alteraciones del clima y los ecosistemas. A ellos se les suma la labor de “cheerleaders” que ejercen, más y más, los gobiernos y los organismos de Naciones Unidas, especialmente el PNUMA, pero también FAO y UNCTAD.
La Revolución Agroecológica de América Latina: rescatar la naturaleza, asegurar la soberanía alimentaria y empoderar al campesino La revolución agroecológica de América Latina: rescatar la naturaleza, asegurar la soberanía alimentaria y empoderar al campesino
Detalles de la propuesta
Contexto
También disponible en English

Introducción


La agroecología está aportando las bases científicas, metodológicas y técnicas para una nueva “revolución agraria” a escala mundial (Altieri 2009, Ferguson and Morales 2010, Wezel and Soldat 2009, Wezel et al. 2009). Los sistemas de producción fundados en principios agroecológicos son biodiversos, resilientes, eficientes energéticamente, socialmente justos y constituyen la base de una estrategia energética y productiva fuertemente vinculada a la soberanía alimentaria (Altieri 1995, Gliessman 1998).

Las iniciativas agroecológicas pretenden transformar los sistemas de producción de la agroindustria a partir de la transición de los sistemas alimentarios basados en el uso de combustibles fósiles y dirigidos a la producción de cultivos de agroexportación y biocombustibles, hacia un paradigma alternativo que promueve la agricultura local y la producción nacional de alimentos por campesinos y familias rurales y urbanas a partir de la innovación, los recursos locales y la energía solar. Para los campesinos implica la posibilidad de acceder a tierra, semillas, agua, créditos y mercados locales, a través de la creación de políticas de apoyo económico, iniciativas financieras, oportunidad de mercados y tecnologías agroecológicas.

La idea principal de la agroecología es ir más allá de las prácticas agrícolas alternativas y desarrollar agroecosistemas con una mínima dependencia de agroquímicos e insumos de energía. La agroecología es tanto una ciencia como un conjunto de prácticas. Como ciencia se basa en la “aplicación de la ciencia ecológica al estudio, diseño y manejo de agroecosistemas sustentables” (Altieri 2002). Lo anterior conlleva la diversificación agrícola intencionalmente dirigida a promover interacciones biológicas y sinergias benéficas entre los componentes del agroecosistema, de tal manera que permitan la regeneración de la fertilidad del suelo y el mantenimiento de la productividad y la protección de los cultivos (Altieri 2002). Los principios básicos de la agroecología incluyen: el reciclaje de nutrientes y energía, la sustitución de insumos externos; el mejoramiento de la materia orgánica y la actividad biológica del suelo; la diversificación de las especies de plantas y los recursos genéticos de los agroecosistemas en tiempo y espacio; la integración de los cultivos con la ganadería, y la optimización de las interacciones y la productividad del sistema agrícola en su totalidad, en lugar de los rendimientos aislados de las distintas especies (Gliessman 1998). La sustentabilidad y la resiliencia se logran por medio de la diversidad y la complejidad de los sistemas agrícolas a través de policultivos, rotaciones, agrosilvicultura, uso de semillas nativas y de razas locales de ganado, control natural de plagas, uso de composta y abono verde y un aumento de la materia orgánica del suelo, lo que mejora la actividad biológica y la capacidad de retención de agua.

Hay otro tipo de alternativas agrícolas que son significativamente diferentes de los enfoques agroecológicos. Por ejemplo, la agricultura organica o ecológica que mantiene monocultivos depende de insumos externos biológicos y/o botánicos, y no está basada en principios agroecológicos. Este enfoque de “sustitución de insumos” esencialmente sigue el mismo paradigma de la agricultura convencional, es decir, superar el factor limitante, pero esta vez con insumos biológicos u orgánicos. Muchos de estos “insumos alternativos” se han convertido en mercancía, por lo tanto, los agricultores siguen dependiendo de proveedores, cooperativas o empresas (Rosset y Altieri 1997). Nosotros sostenemos que los sistemas agrícolas que no cuestionan la naturaleza del cultivo, que dependen de insumos externos, que se basan en sellos de certificación extranjeros y caros, o en sistemas de comercio justo destinado sólo para la agro-exportación, ofrecen poco a los agricultores, volviendolos dependientes de insumos y mercados externos.La agricultura orgánica pretende optimizar la utilización de insumos pero no considera el rediseño productivo lo que condena a la dependencia de insumos externos. Los nichos del mercado (orgánico y/o comercio justo) de los países ricos, presentan los mismos problemas de cualquier régimen de agroexportación al no dar prioridad a la soberanía alimentaria (que se define aquí como el derecho de las personas para producir, distribuir y consumir alimentos sanos y cerca de su territorio de una manera ecológicamente sostenible). Más bien tienden a perpetuar la dependencia y el hambre (Altieri 2009).

La agroecología está basada en un conjunto de conocimiento y técnicas que se desarrollan a partir de los agricultores y sus procesos de experimentación. Por esta razón, la agroecología enfatiza la capacidad de las comunidades locales para experimentar, evaluar y ampliar su aptitud de innovación mediante la investigación de agricultor a agricultor y utilizando herramientas del extensionismo horizontal. Su enfoque tecnológico tiene sus bases en la diversidad, la sinergia, el reciclaje y la integración, así como en aquellos procesos sociales basados en la participación de la comunidad. Señala que el desarrollo de los recursos humanos es la piedra angular de cualquier estrategia dirigida a aumentar las opciones de la población rural y, especialmente, de los campesinos de escasos recursos (Holt-Gimenez 2006). También atiende las necesidades alimenticias a partir del fomento de la autosuficiencia, promoviendo la producción de cereales y otros alimentos en las comunidades. Es un enfoque que privilegia mucho lo local al estar encaminado al abastecimiento de los mercados locales que acortan los circuitos de producción y el consumo de alimentos, evitando con ello el dispendio de energía que implicaría el traslado de éstos desde lugares distantes.

Los sistemas agroecológicos están profundamente arraigados en la racionalidad ecológica de la agricultura tradicional (Altieri 2004, Toledo 1990). Existen muchos ejemplos de sistemas agrícolas exitosos, caracterizados por su gran diversidad de cultivos y de animales domesticados, por el mantenimiento y mejora de las condiciones edáficas y por su gestión del agua y de la biodiversidad, basados todo ellos en conocimientos tradicionales (Toledo y Barrera-Bassols 2008). Estos sistemas agrícolas no sólo han alimentado gran parte de la población mundial en diferentes partes del planeta, particularmente en los países en desarrollo, sino también ofertan muchas de las posibles respuestas a los retos de la producción y la conservación de los recursos naturales que afectan al medio rural (Koohafkan y Altieri 2010).

En este artículo examinaremos brevemente las razones para la promoción de un paradigma agroecológico basado en la revitalización de la agricultura a pequeña escala y en los procesos sociales que demuestran que la participación de la comunidad y el empoderamiento local son las únicas opciones viables para satisfacer las necesidades alimentarias regionales, en esta era de aumento constante de los precios del petróleo y de cambio climático global. También vamos a examinar brevemente las características socio-ecológicas y la importancia de la agricultura campesina. Revisaremos los impactos que cientos de proyectos basados en la agroecología han tenido sobre el medio ambiente, la producción de alimentos y los movimientos sociales rurales, en Cuba, Brasil, México, América Central y la Región Andina. Terminamos haciendo algunas reflexiones sobre la triple dimensión de la revolución agroecológica, es decir, la cognitiva, la tecnológica y la social, que ha permitido el surgimiento de nuevos modos de comunicación entre el activismo y la ciencia, un proceso que, según Martínez-Alier (2011), ha llegado a proporciones globales, pues la agroecología se ha incorporado a la visión de la Vía Campesina, hoy en dia el más importante movimiento agrario a escala internacional.

acerca de Río+20.-Portal Río+20



Quieren trasladar su crisis a nuestros países
La cumbre ambiental Río+20, que en unos días concentrará en la capital carioca a presidentes y funcionarios de casi doscientos países, será escenario de una nueva disputa entre las naciones centrales y el grupo de países emergentes o en vías de de-sarrollo, nucleados en el G-77 más China. Uno de los ejes de la controversia es el concepto de “economías verdes” que, para el gobierno argentino y sus socios de América latina, es una suerte de trampa tendida por las potencias y sus aliados para poner freno a las exportaciones cuando no cumplen con ciertos parámetros “verdes”. El otro foco de conflicto es la posible creación de una agencia internacional, que tendría el poder de policía para hacer cumplir con indicadores y premisas, inspecciones que los países interpretan como la antesala a restricciones comerciales.

A diez días de la firma del documento, todavía no hay consenso. Los diplomáticos trabajan contra reloj: hace una semana las delegaciones estuvieron reunidas en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, y esta semana volverán a encontrarse en Río de Janeiro. El documento que redactaron dos funcionarios de la ONU designados por Ban Ki-moon tiene ochenta páginas y muchos de sus párrafos son cuestionados por los representantes de los países en desarrollo. Estos diplomáticos están ante una doble presión: no ceder en la defensa de sus intereses estratégicos y, a la vez, no hacer fracasar la cumbre, que pretende avanzar sobre los logros obtenidos hace 20 años en otra cumbre, en esa misma ciudad. El desafío se multiplica para el gobierno de Brasil, también crítico del documento, por su condición de anfitrión.

“En esta negociación, la Argentina ha encontrado aliados importantes, como la India y Egipto, que se sumaron a los socios del Mercosur”, dijo la subsecretaria de Planificación y Política Ambiental, Silvia Révora, una de las negociadoras argentinas, en una entrevista con Página/12.

–A días de la cumbre, ¿qué consensos y qué diferencias hay entre los países?

–El documento para Río+20 se viene trabajando desde hace muchos meses y, como no se ha avanzado en el consenso entre los países centrales y los del G-77 más China, en estos días se estuvo viendo si se cerraba un acuerdo. El G-77 más China, que son 132 países sobre un total de 193, que tiene a la mayoría de la población mundial e incluye a países emergentes como China, India y Brasil, ha estado trabajando muchos meses en este documento. Hasta ahora, no hay consenso. Evidentemente, el documento que va a salir no será un documento que refleje nuestra posición y si no nos refleja, cada país hará sus reservas.

–¿Cuáles son los grandes ejes de la divergencia?

–La gran divergencia es que los países centrales están planteando el concepto de “economía verde” como el nuevo paradigma ambiental para salvar el planeta. Nosotros planteamos que no hay una definición de economía verde, por lo tanto, no podemos apoyar algo que se desconoce. No estamos de acuerdo en sustituir el concepto de desarrollo sustentable, que es mucho más ambicioso y que implica un cambio en el modelo de producción y consumo que nos ha provocado esta crisis ambiental. Como G-77 planteamos que ese cambio lo deben liderar los países centrales, que son los que han impuesto ese modelo global de consumo y de producción insustentable, que se basa en una falacia: que los recursos naturales son infinitos. Producimos y consumimos como si fuéramos a tener una cantidad infinita de agua, de petróleo, de tierra.

–Los países centrales no aceptan eso.

–Ese es el problema central: los países centrales no asumen su responsabilidad primaria. Lo que plantean es que los costos de la crisis ambiental, por ser planetaria, los tenemos que asumir todos por igual. Países pobres, en desarrollo y ellos. Cuando son ellos los que han causado esta crisis ambiental.

–No admiten que la responsabilidad no es la misma para todos.

–En el plenario, plantearon borrar el principio de responsabilidades comunes y diferenciadas. Nosotros, como G-77 más China, tenemos premisas que no son negociables. Una es ésa, la otra es nuestra soberanía respecto del manejo de nuestros recursos naturales. No vamos a delegar el control ambiental a ninguna agencia globalizada que nos imponga lo que tenemos que hacer con nuestros recursos naturales ni parámetros de cumplimiento. Porque esto de la economía verde es una trampa.

–¿En qué consiste esa trampa?

–Ellos pretenden poner indicadores y parámetros para la producción de bienes y servicios y aquel que no los cumpla, no va a poder exportar.

Por supuesto que eso nadie lo dice. El planteo de ellos es un planteo naïf: vamos a salvar el planeta.

–¿Cuáles serían las consecuencias?

–Una gran parte de los países centrales está queriendo trasladar su crisis a los países en desarrollo utilizando el tema ambiental. Si exigen el cumplimiento de estos parámetros que quieren imponer con la economía verde, va a haber una transferencia enorme de recursos de los países en desarrollo a los desarrollados, porque los que tienen la tecnología son ellos, y nos van a obligar a comprar la tecnología y a endeudarnos. Nuestro planteo de desarrollo sustentable implica la erradicación de la pobreza nosotros, como países latinoamericanos, tenemos mucho que mostrar en Río: cómo hemos bajado los niveles de pobreza, al contrario de los países desarrollados, donde en este momento va creciendo la pobreza.

–Nuestros países han disminuido los niveles de pobreza, pero ¿se han desarrollado en forma sustentable?

–En este momento, no hay ningún país que pueda plantear que tiene un desarrollo sustentable, es nuestra utopía. Se plantea que otro tipo de desarrollo es posible. Porque el desarrollo sustentable implica que produzcamos en forma eficiente, con un uso muy racional de nuestros recursos, y consumamos en función de nuestras necesidades básicas, no permitiendo el derroche. Lo que vemos es que en nuestros países hay sectores de la población que tienen que aumentar su consumo pero también hay un sector importante que tiene que evitar despilfarrar recursos naturales a través de consumo insustentable. Por ejemplo, cuando se compran productos que tienen una vida útil muy corta o que requieren un uso intensivo de electricidad o de materias primas.

–Si el modelo económico argentino permitió aumentar el consumo, ¿podemos decir entonces que este modelo es sustentable?

–No, nadie dice eso. Lo que tenemos en la Argentina es una réplica del modelo impuesto en el planeta y que nosotros no lo vamos a poder cambiar si no lo cambian ellos, que son los que tienen el gran poder económico. Por eso, el G-77, cuando se habla de economía verde, le plantea a los países centrales que ellos lideren este cambio de modelo de producción y consumo. Nosotros no lo vamos a poder liderar porque no tenemos ni tecnología ni capacidad financiera. Sí tenemos que darle buen nivel de vida a un porcentaje importante de la población, que es una prioridad de este Gobierno.

–¿Qué balance hace de los veinte años transcurridos desde la cumbre de Río ’92?

–Para nosotros, ha habido más falencias que logros. Porque los principios rectores de Río ’92 no han sido cumplidos por los países desarrollados, la transferencia de tecnología y apoyo financiero a los países en desarrollo. Y ahora lo quieren eliminar. Ahora no hablan de transferencia de tecnología, no hablan de apoyo financiero y quieren eliminar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que es el leitmotiv de la convención y que planteamos que deben mantenerse.

–¿En qué consiste ese principio?

–En que los que produjeron el fenómeno del calentamiento global de la atmósfera son los países industrializados, desde la época de la industrialización a finales del siglo XVII hasta ahora. Ahora, los países emergentes comenzaron a emitir también gases de efecto invernadero. China e India ya se están pareciendo a los países desarrollados en sus emisiones, pero es un hecho reciente. Por eso la convención dice que las responsabilidades son comunes pero diferenciadas: el que causó el problema debe asumir el costo. Por eso Río ’92 fue un éxito para los países en vías de desarrollo, fue un reconocimiento de que había una crisis ambiental y que los países centrales debían asumir un compromiso porque eran los que la habían causado. Ahora, veinte años después, sin haber hecho los aportes que tendrían que haber hecho, boicoteando la convención, quieren trasladar su crisis a nuestras espaldas.

–¿Qué otros planteos llevan los países de América latina?

–Por ejemplo, cuando se habla de empleo verde, nosotros lo sustituimos por empleo decente. Porque nosotros acá tenemos empleo verde, el reciclador urbano, el cartonero que separa es empleo verde, pero no es decente. Tenemos que transformarlo en empleo formal y decente.

–¿Qué frutos puede dar este consenso que hay en América latina?

–A mí me interesa la alianza que tenemos los países latinoamericanos, y también con la India y Egipto, con los que lideramos esta posición: estamos de acuerdo con el desarrollo sustentable, queremos definir los temas en forma soberana, y no tenemos que aceptar que nos impongan las prioridades de la globalización, que no están pensadas en función de nuestras necesidades. Vamos a difundir la declaración de Buenos Aires para que la gran prensa conozca nuestra posición. La gran prensa, que está globalizada y manejada por los países centrales, no conoce nuestra posición.

–Otro de los ejes de controversia es la creación de una agencia global de control ambiental.

–Los países centrales quieren crear una gran agencia en base al Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (Pnuma), porque para establecer parámetros e indicadores para la producción de bienes y servicios se necesita una agencia que controle. Quieren crear una agencia con poderes para fiscalizar el cumplimiento de la economía verde.

–¿Ustedes qué proponen en cambio?

–Queremos que haya mayor sinergia entre las agencias que existen actualmente y que sea la Asamblea General y el Consejo de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas un ámbito de definición y debate político. No le damos mandato al secretario general para que arme esto. Queremos el fortalecimiento del Pnuma aumentando su membresía a todos los países. En este momento tiene solo 46 países, entre ellos la Argentina.

–¿Hay coincidencia con las ONG argentinas que van a participar de la cumbre?

–Las ONG han estado muy activas, sobre todo las que trabajan en salud y educación. Las ambientalistas son las más débiles en esto, porque siguen los lineamientos de los países centrales, porque allí tienen su base de financiamiento, y están bastante condicionadas por eso.

–¿Cuál va a ser la posición argentina respecto de las industrias extractivas, como la minería?

–En la cumbre no se debate qué actividades son sustentables y cuáles no. Todas las actividades generan impacto, la idea es que lo minimicen. Hay una impronta de ir logrando nuestro propio camino, nuestro propio desarrollo sustentable.

–Entonces no van a hablar de minería.

–Sobre la minería, le voy a decir lo que pienso. Lo que nos proponemos desde esta secretaría es fortalecer el rol del Estado en la evaluación del impacto de esta actividad. Los impactos de la minería a cielo abierto, de una hidroeléctrica, son significativos. Hay una serie de actividades que se requieren para el de-sarrollo del país, pero su localización y la tecnología que usan debe ser evaluada por el Estado para aprobarlas o no. Estamos haciendo un proyecto de ley de presupuestos mínimos de evaluación de impacto ambiental para que el Estado nacional y los provinciales podamos conjuntamente evaluar, fiscalizar y controlar estos grandes emprendimientos. Hay que aceptarlos sólo si los beneficios son mayores que los costos.

Construyendo la
Cumbre de los Pueblos Río+20


 

martes, 19 de junio de 2012

Cumbre de Río + 20: Ante tantas controversias y desafíos, ¿habrá que reinventar el mundo? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fidel Rendón Matienzo   
Lunes, 18 de Junio de 2012 15:15
tierra-manos
En Cumbre de Rio + 20, sigue sin vislumbrarse un acuerdo de voluntades
Quizás por sus controversias y desafíos, en los últimos lustros no había suscitado tanto interés, en la arena internacional, un evento como la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, del 20 al 22 de junio en Río de Janeiro, Brasil, a la que asistirán decenas de jefes de Estado.
Cuando dada la opulencia y ambición de unos países o gobiernos son más graves los problemas por resolver en materia de alimentación, desarrollo y medio ambiente, para Río más 20, como se conoce también ese foro, sigue sin vislumbrarse un acuerdo de voluntades o una solución verdadera, justa y definitiva a aquellos.
Incluso no pocos expertos vaticinan que la cita en el gigante sudamericano no será igual a la de hace 20 años, porque no va a producir un resultado equiparable a aquella, ni va a representar el sentido de progreso que significó la Cumbre de Río.
Cansados los pueblos de que muchos acuerdos solo queden en promesas y discursos, y de que el imperialismo siga imponiendo la filosofía del despojo, el dominio y mercantilización de los recursos naturales, mientras millones de seres humanos y sus naciones se hunden cada vez más en la pobreza, organizaciones de la sociedad civil y del mundo académico y empresarial organizaron varios foros sociales.
Fuerte oposición a los intentos de mercantilización de la naturaleza
Así, paralelo a las sesiones de la Conferencia, en los Terrenos de Flamengo, Río de Janeiro, acontece la Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social y Ambiental, bajo el lema "Vamos a reinventar el mundo".
Con esta se pretende continuar defendiendo la idea de una mejor forma de vida en el planeta, y ratificar la oposición a la mercantilización de la naturaleza, que quieren imponer los países ricos, además de trasladar a las naciones en desarrollo los costos de las acciones y daños generados por ellos.
Por tanto, la denuncia al capitalismo como principal destructor de la vida y la naturaleza estará presente en la Conferencia de la ONU.
Condenar los desastres humanos y ecológicos provocados por las potencias occidentales con sus constantes guerras e invasiones, será parte de los debates en la voz de los países en desarrollo, además de que también encontrará oposición la propuesta de las naciones ricas, que tratan de mercantilizar el medio ambiente y sus recursos con la llamada economía verde.
En un reciente artículo titulado Los retos de Río más 20, publicado en Le Monde diplomatique, y reproducido por no pocos medios internacionales, el destacado intelectual francés Ignacio Ramonet alertó que el propósito principal de esa "economía verde" es crear, para la inversión privada, un mercado del agua, del medio ambiente, de los océanos, de la biodiversidad, etc.
Pretende ser impuesta a los países en desarrollo como una nueva estrategia para alcanzar el desarrollo sostenible, luego que el neoliberalismo demostró su incapacidad de propiciar un desarrollo amigable con el medioambiente y la erradicación de la pobreza.
Bajo ese nuevo concepto los ricos quieren olvidar su deuda ecológica con la humanidad y los principios de responsabilidades comunes pero diferenciadas de acuerdo a los niveles de desarrollo. Además, tampoco aborda la cuestión de las desigualdades, ni la forma de combatir la pobreza, ni el abismo que separa a los países ricos y pobres.
Enfrentar el desastre climático y lograr el crecimiento sostenible
Según expertos en el tema, se pretende llevar a la agenda de la cumbre los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales pudieran tener un papel en la movilización de los esfuerzos de la comunidad internacional, pero no están aun definidos, pues no ha habido un examen sustantivo, en el contexto del proceso preparativo de la Conferencia, acerca de los principios sobre los cuales se van a constituir y las áreas que abarcarán.
Para Cuba, la cita será otro escenario de denuncia de no solo los peligros que se ciernen sobre la humanidad, sino también de la amenaza de su agudización, por lo cual promoverá la adopción de un nuevo compromiso político que renueve y ratifique el anterior, pues los problemas no solo persisten, sino que se han agravado y multiplicado.
. El mundo de hoy está agobiado, además, por los problemas energéticos, la escasez de agua, lo cual puede llegar a ser motivo de guerras. Importantes fuentes de agua dulce como los hielos de la Antártica y la Cuenca del Nilo, en África, pueden convertirse en indicios de nuevos desafíos que hay que monitorear.
Pero a escala del planeta, hay otros dilemas vitales no menos decisivos. Y el principal de ellos, en opinión de Ignacio Ramonet, es el desastre climático del que será cuestión, también este mes, en Río de Janeiro.
"Recordemos -acotó- que, en 2010, el cambio climático fue la causa del 90 por ciento de los desastres naturales que ocasionaron la muerte de unas 300 mil personas, con un quebranto económico estimado en más de 100 mil millones de euros..."
El director de Le Monde diplomatique menciona otra contradicción: en Europa, los ciudadanos reclaman, con razón, más crecimiento para salir de la crisis; pero en Río, los ecologistas advertirán que el crecimiento –si no es sostenible– significa siempre mayor deterioro del medio ambiente y mayor peligro de agotamiento de los limitados recursos del planeta...
Una fuerte crisis económica se hace sentir en la llamada Eurozona, sin olvidar el alza del desempleo y del nivel de pobreza también en otras naciones ricas, y que los fenómenos del cambio climático son a escala global. Por tanto, la Conferencia es una oportunidad para recordar que el planeta es un barco común y que a la larga todos dependemos de su supervivencia, con independencia del nivel de desarrollo.
Sin dudas, en medio de tantas controversias y desafíos, mucho pueden servir las ideas del Comandante en Jefe Fidel Castro ante los problemas ambientales, su interrelación con las crisis económica y energética, el auge de los precios de los alimentos y las guerras.
La presentación en Río más 20 del libro El derecho de la humanidad a existir, una selección de reflexiones sobre el pensamiento ambientalista del líder de la Revolución Cubana, permitirá tener una mayor claridad sobre el acrecentamiento de los peligros globales, y cómo solucionarlos. ¿Será necesario acaso reinventar el mundo

Nicolás Maduro representará al presidente Chávez en Cumbre Río + 20

El presidente Hugo Chávez dijo que está preparando la agenda de una visita del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, quien visitará antes a Bolivia y asistirá en la cumbre de Río.

EL UNIVERSAL
martes 19 de junio de 2012  09:54 AM
Caracas.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien sigue un tratamiento contra el cáncer y se prepara para buscar otra reelección en octubre, dijo hoy que será representado por su canciller Nicolás Maduro en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20).

El mandatario señaló que el tema del medio ambiente es importante y que la posición que llevará Venezuela será auspiciar un sistema de gobierno socialista contra el capitalismo depredador, destacó DPA.

"Estamos frente a la barbarie y al terrible escenario de destrucción de la vida en el planeta, es una cosa terrible. Es el capitalismo, el modelo depredador y destructivo el que ha causado este terrible daño del calentamiento global, el deshielo, el derroche de los recursos naturales empezando por el agua, el incremento de la temperatura de los océanos, lluvias, diluvios, grandes sequías, huracanes", indicó.

En una llamada telefónica con la rueda de prensa semanal de su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Chávez dijo que será Maduro quien encabezará la delegación venezolana, en vista de que él debe atender su tratamiento médico y el comienzo de la campaña electoral para los comicios del 7 de octubre, en los que buscará una segunda reelección.

Indicó que los países socios en la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA), junto con China, unirán sus voces para exigirle al mundo desarrollado que asuma con conciencia la responsabilidad en la contaminación ambiental.

Dijo que los países más desarrollados se niegan a asumir su cuota de compromiso en la conservación de la naturaleza, a pesar de ser los primeros en explotar los recursos y ser los principales causantes de la contaminación ambiental.

"Los países más poderosos, los capitalistas, los que siguen contaminando el planeta, se niegan a reconocer y a asumir su responsabilidad para tomar decisiones y frenar el desastre, que está en pleno desarrollo", aseveró.

Al respecto, dijo que la propuesta venezolana será la de promover un sistema de gobierno socialista, indicando que el mundo está entre el "socialismo y la barbarie".

"(La Cumbre) es un tema de lo más importante, pues se tratan temas relacionados sobre el cambiante clima mundial, la posición de Venezuela se conoce y se une a las voces del ALBA así como a la mayoría de los pueblos", resaltó.

Chávez dijo que está preparando la agenda de una visita del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, quien visitará antes a Bolivia y asistirá en la cumbre de Río.

El PNUD en Rio+20


Lunes, 18 de junio

  • 11:00 -12:30 | Río +20 Foro de Sostenibilidad Corporativa: Innovación y Colaboración para el Futuro que Queremos (Rio+20 Corporate Sustainability Forum: Innovation and Collaboration for the Future We Want)
    Descripción
    : Promover un crecimiento inclusivo y verde para la agricultura a través de una plataforma de colaboración público-privada.
    Participantes
    : Helen Clark, Administradora del PNUD; Christian Friis Bach, Ministro Cooperación para el Desarrollo de Dinamarca; Fabio Acerbi, Director de Asuntos Corporativo de Kraft; Johnson & Johnson e IKEA
Martes, 19 de junio
  • 11:10 – 11:40 | Rio+Social
    Descripción
    : Río+Social es un evento innovador que aprovecha el poder de las redes sociales para que la Conferencia de Rio+20 llegue a ser un evento global y digital. Todos los puntos del planeta podrán unirse a la conversación sobre “el futuro que queremos” y los temas que nos afectan a todos, incluyendo el acceso a la energía, la sanidad, un medio ambiente limpio y seguro.
    Participantes: Consistirá en un panel de 30 minutos moderado por el Director Ejecutivo de WWF Ertharin Cousin y contará con la participación en directo del Embajador de Buena Voluntad del PNUD, Ronaldo y Helen Clark, Administradora del PNUD
  • 18:40 – 20:00 | Premios "World Business and Development Awards"
    Descripción: Cena y ceremonia para la entrega de los Premios Internacionales de Desarrollo de Negocios en colaboración con la Cámara de Comercio Internacional y el Foro Internacional de Líderes Empresariales, con el apoyo de los Países Bajos, Suecia y el Pacto Mundial.
    Participantes: Jean-Guy Carrier, Secretario General ICC;  Dilma Rousseff, Presidenta de Brasil; Paul Kagame, Presidente de Rwanda (por confirmar); Gunilla Carlsson, Ministra de Cooperación para el Desarrollo Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores (por confirmar); Clara Melford, Directora General, Foro Internacional de Líderes Empresariales.
Miércoles, 20 de junio
  • 11:00 - 12: 30 | "Más allá del PIB: midiendo el futuro que queremos(Beyond GDP: Measuring the Future We Want)
    Descripción: El evento contribuirá a destacar los resultados de Rio+20, fomentando medir el progreso a través de un enfoque centrado en las personas, sobre la base de la protección y promoción de las capacidades, oportunidades y libertades de estas. El panel examinará cómo el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se puede adaptar para incorporar las dimensiones relacionadas con la sostenibilidad ambiental, y servir como una medida del "futuro que queremos".
    Participantes: Helen Clark, Administradora del PNUD; Jefes de Estado/Gobierno de Indonesia y Dinamarca (por confirmar). También se contará con una ronda de preguntas y respuestas con expertos y líderes de opinión en la materia.
  • 19:00 - 22:00 | Premio Ecuatorial 2012
    Ceremonia de entrega de premios y cena, "Comunidades Fuertes para Economías Inclusivas" ("Resilient Communities for Inclusive Economies”)
Jueves, 21 de junio
  • 13:00 – 14:45 | Iniciativa sobre Pobreza y Medio Ambiente del PNUD-PNUMA (PEI) (UNDP-UNEP Poverty Environment Initiative, PEI)
    Participantes: Helen Clark, Administradora del PNUD; Paul Kagame, Presidente de Rwanda (por confirmar) Don José Mujica Cordano, Presidente de Uruguay; Lyonchhoen Jigmi Y. Thinley, Primer Ministro de Bután; Heikki Holmås, Ministro de Desarrollo Internacional de Noruega; Achim Steiner, Director Ejecutivo del PNUMA