El HAARP y la bomba del arco iris: cómo acabar con la civilización moderna en menos de un segundo
...
Investigación de los pulsos electromagnéticos.
Los procesos
y efectos de los pulsos electromagnéticos de gran altitud se estudian
fundamentalmente por dos vías. Una de ellas son los generadores Marx,
capaces de inducirlos localmente sobre los equipos que se desea poner a
prueba. De esta forma, se pueden descubrir sus efectos sobre cada
aparato específico y sobre las protecciones que se les puedan haber
implementado. Pese a que estos equipos son costosos y muy voluminosos,
son numerosos los países que han trabajado con los mismos: Estados
Unidos, la URSS y luego Rusia, China, el Reino Unido, Francia,
Alemania, Holanda, Suiza e Italia.
Para
comprender la manera como se generan estos pulsos y otros fenómenos
similares de utilidad tanto civil como militar se utilizan las
instalaciones del tipo del HAARP, tan del gusto de los conspiranoicos
(aunque nunca sean capaces de acertar a qué se dedican realmente, y
desde luego no tiene nada que ver con los terremotos). Tanto el HAARP norteamericano (con su potencia de 3,6 MW... hay cadenas de radio que emiten más energía) como la instalación rusa de Sura (190 MW, 53 veces más) o el EISCAT europeo (cerca de un gigavatio total) y algunos otros de menor potencia son equipos de calentamiento
ionosférico por radiación electromagnética. Estas instalaciones
permiten simular de manera limitada el bombeo de rayos gamma y X en las
capas exteriores de la atmósfera característicos de una carga nuclear
EMP (y también de un montón de fenómenos naturales, como la radiación
solar).
Continúa en el enlace.
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