lunes, 10 de septiembre de 2012

El Hombre y la Tierra-Del portal Naturaleza Educativa...





El Hombre y la Tierra
Las relaciones vitales Hombre-Tierra analizadas desde un punto de vista crítico

DEGRADACIÓN DEL MEDIO
La degradación del suelo y las interrelaciones tróficas - 1ª parte

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or las características fisiológicas del hombre, los suelos son una condición básica para su existencia, ya que constituye el lugar de su asentamiento y desarrollo, y el objeto de su trabajo.
La naturaleza social del hombre y de sus actividades, ha influido notablemente en los ecosistemas, aunque no siempre, pues durante el periodo zoológico de su historia apenas fue más importante que la influencia de otros animales. Sin embargo,  a partir del Paleolítico, y con más fuerza en el Neolítico, comenzó el hombre a influir progresivamente en la superficie del suelo.
Con el advenimiento de la civilización moderna se iniciaron de la mano del hombre las acciones más destructivas, alterando y distorsionando el reciclado biológico de los compuestos químicos del suelo.
construcción, movimientos de tierras
La construcción, movimientos de tierras e imparable urbanización, entre otras actividades, ha perturbado intensamente los suelos naturales
Los suelos naturales se han visto intensamente  perturbados por efectos de la construcción y movimientos de tierras (carreteras, aeropuertos, embalses, etc.), de la imparable urbanización y por actividades militares, tales como bombardeos y aplicación de sustancias tóxicas.
Los suelos de nuestro planeta se han formado a lo largo de milenios, en condiciones que no se dan en la actualidad. Sin embargo, se debe a errores humanos la destrucción que se ha venido repitiendo a lo largo de muchos años; solamente con inmensos esfuerzos y tiempo, se podría invertir esta situación.

No se puede ignorar el funcionamiento de los sistemas ecológicos
Ignorando las consecuencias de sus acciones, el hombre fuerza el proceso de síntesis de la biomasa con objeto de obtener la producción necesaria, no tanto para el sostenimiento de su propia existencia, como para el mantenimiento de su creciente nivel de vida.
Esta realidad podría tener base cultural con anterioridad al siglo XX, en que aun no existía un conocimiento claro de la relación entre organismos y ambiente; las actividades consumistas y de producción del hombre de entonces no reparaba en que existían parámetros ecológicos que debían ser respetados, por tanto encaminaba su trabajo a la cosecha del fácil y máximo beneficio, aunque sus acciones fueran anárquicas vistas desde nuestro tiempo.

Hoy en día, sin embargo, es discutible que exista ignorancia del funcionamiento de los sistemas ecológicos; un beneficio a corto plazo forzando conscientemente los sistemas, solo es entendible bajo la perspectiva de la avaricia del enriquecimiento inmediato, y la insolidaridad con nuestros sucesores, que tendrán que recibir las ruinas de nuestros actos.

tomado del portal Naturaleza Educativa.

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