viernes, 12 de diciembre de 2014

La ecología, fundamento de la ciencia ambiental. Desde hace tiempo se ha venido sosteniendo que la ecología es la ciencia destinada a salvar a la humanidad de los peligros que la acechan, derivados de un continuo y agresivo deterioro de la vida en todas sus manifestaciones. La ecología concibe al mundo real integrado por interrelaciones que se establecen entre los seres vivos y su entorno. Uno de los aportes más significativos de la ecología a la ciencia ambiental ha sido la concepción ecosistémica de la naturaleza. La ecología considera que el mundo viviente se encuentra constituido por sistemas ecológicos o ecosistemas, es decir, por conjunto de elementos y factores que interactúan, a través, de interrelaciones ecológicas y cumplen un objetivo común. Asume que el ecosistema es la unidad básica estructural y funcional para el estudio de la ecología. Es menester, indicar que muchos conceptos y precisiones teóricas sobre la ecología han sido revisados e integrados, a los fines de formular una teoría sólida de la ciencia ambiental. La ecología es la ciencia que ha brindado importantes aportes científicos para la consolidación de la ciencia ambiental. Como lo manifiesta Mateos (2004) “El enfoque ecosistémico de abordar los problemas ambientales, es de suma importancia, por cuanto es menester considerar todos los elementos involucrados en el conflicto: El enfoque sistémico es uno de los enfoques generales interdisciplinarios, que constituye un medio metodológico para el estudio de los objetos integrados y de las dependencias e interacciones integrales. Se dirige a conocer los mecanismos de integración de los sistemas, o sea las formaciones integrales, que constituyen unidades integrales, todos, formados por elementos interrelacionados e interactuantes que no pocas veces son heterogéneas. Al mismo tiempo, se tiene en cuenta, que cada sistema constituye el elemento de un sistema más grande o jerárquicamente superior. El enfoque Sistémico ha desempeñado un significativo papel en el descubrimiento y la construcción del mundo multidimensional y de múltiples niveles de la realidad en un sistema de conocimientos científicos, siendo muy necesario y productivo en el estudio de los fenómenos complejos. A estos fenómenos pertenecen los paisajes, la interacción entre la biota y el medio, la interacción entre la sociedad y la naturaleza, la interacción del hombre con su entorno (p.3). La complejidad sistémica es un enfoque científico, que permite ver la realidad desde una determinada plataforma. Utilizar el enfoque Sistémico, implica aceptar principios, definir conceptos y nociones, y utilizar los métodos y procedimientos científicos desde una determinada óptica. Es así asumir el compromiso de la complejidad. Consiste además en un camino para construir la concepción del Desarrollo Sostenible desde la óptica de la Sustentabilidad (Idem). La Teoría General de Sistemas constituye la base metodológica de lo que en la actualidad se conoce como pensamiento sistémico. La concepción Sistémica para el análisis ambiental considera que la materia se organiza en diferentes niveles, que son diferentes y heterogéneos y que mantienen su identidad. El enfoque Sistémico debe ser utilizado de manera dialéctica, y no mecanicista, para que nos permita entender las interrelaciones entre el todo y las partes para la formación de los diferentes niveles y totalidades. Los niveles y totalidades tienen diferentes formas de organizarse, de estructurarse y de funcionar, que al interactuar forman una arquitectura sistémica con tendencias al equilibrio dinámico en un ecosistema cualquiera (Ibidem p, 4). Para el científico social Vegas (2014), en sus estudios relacionados con el ecosistema considera lo siguiente: La noción de ecosistemas ayuda a entender la magnitud de los problemas ambientales que hoy padecemos, en la medida en que su destrucción se constituye en la principal manifestación de la inviabilidad ambiental del modo de producción capitalista. Por ecosistema puede entenderse a los conjuntos o escenarios en que se produce la vida. Un ecosistema determinado está definido por “el medio abiótico físico-químico y las manifestaciones bióticas a las que sirve de soporte: microbios y bacterias, plantas, animales”. Para las sociedades los ecosistemas han sido fuentes de riqueza y bienestar, en la medida en que no solamente son ensamblajes de especies sino de “sistemas combinados de materia orgánica e inorgánica y fuerzas naturales que interactúan y se transforman”. La energía que permite el funcionamiento del sistema proviene del sol, siendo dicha energía absorbida y convertida en alimento por plantas y otros organismos que realizan la fotosíntesis y que se encuentran en la base misma de la cadena alimentaria. El agua es el elemento crucial que fluye a través del sistema ( p,3 ). Los ecosistemas tal como lo conocemos en la actualidad han evolucionado durante millones de años y no pueden ser sustituidos ni recuperados por procedimientos tecnológicos. La desaparición de cualquier ecosistema supone eliminar posibilidades de subsistencia para los seres humanos por la sencilla razón de que “los ecosistemas hacen que la Tierra sea habitable purificando el aire y el agua, manteniendo la biodiversidad, descomponiendo y dando lugar al ciclo de nutrientes y proporcionándonos un abanico de funciones críticas. Los ecosistemas son dinámicos y se regeneran constantemente en forma natural, pero en la medida en que las fuerzas destructoras del capitalismo se generalizan pueden desaparecer, en razón de que cada ecosistema interactúa de manera compleja con el ambiente y la comunidad biológica que lo habita, lo cual a su vez lo hace particularmente vulnerable (Idem).

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