domingo, 14 de noviembre de 2010

la crisis alimentaria y los agrocombustibles

Prof.: Efren Melendez.efrethecat@hotmail.com
Para abordar la problemática de  los Agro-combustibles es necesario conocer la situación petrolera mundial. Desde la década de los setenta el presidente de la OPEP manifestaba la necesidad  de la búsqueda de sustitutos o nuevos combustibles, cuestión que no tuvo interlocutores.
Durante esa década, los volúmenes de consumo de crudo aumentaban significativamente y los yacimientos mermaban su productividad y como consecuencia de ello se elevaban los precios.
Hoy, la dependencia del petróleo a nivel mundial ha crecido a ritmo acelerado, además de las actividades conexas al mismo; transporte, generación de energía eléctrica, etc.
Actualmente, el mundo esta en alerta por cuanto la demanda y necesidad de combustibles derivados del petróleo aumenta, en tanto que, la producción tiende a disminuir. A finales de la década de los sesenta, en el mundo se consumía cerca de 45.000 millones de petróleo anual, actualmente se consume 30.000 millones de barriles anuales.la producción actual es de 84 millones de barriles  diarios.
La utilización  y distribución energética  es desproporcionalmente injusta e irresponsable. Mientras Estados Unidos tiene 5% de la población mundial, y consume el 25% del petróleo mundial, podemos asegurar que los países industrializados son los responsables de esta  crisis, sin embargo toda la humanidad esta pagando las consecuencias. 
¿Son los Agro-combustibles la solución del problema?
Los agro-combustibles, son combustibles líquidos generados por el procesamiento de monocultivos. Estos se clasifican en dos categorías: El Etanol, alcohol producido a partir de la caña de azúcar, del maíz, del trigo, arroz, remolacha, entre otros productos agrícolas y alimentarios. El segundo es el Agrodiesel, que es la producción de aceite  en  base al uso de Soya y de Palma Africana.  
Es necesario precisar que el negocio de los Agro-combustibles, siempre ha estado bajo el control de las empresas transnacionales y monopólicas petroleras, de agro negocios, transnacionales de la biotecnología, multinacionales de automóviles que se adaptan progresivamente de los nuevos combustibles. 
Las transnacionales  forestales y plantas de celulosa productoras de pulpa de papel actualmente, con mínimos cambios tecnológicos pueden convertirse  en plantas de procesamiento de etanol.
Las plantas fabricantes de la industria alimenticia de engorde de pollo y de ganado han hecho alianza con las petroleras para la fabricación de Agro-diesel de la grasa animal. En este negocio participan las transnacionales que controlando  el monopolio de la distribución de cereales  y las que dominan sector de semillas y agro tóxicos, a la vez son productores de transgénicos.
Para organizaciones como: G8, El BID, banco Interamericano del desarrollo, El Foro Económico de Davis, Las Naciones Unidas y hasta grupos del Panel Intergubernamental Sobre Cambios Climáticos Globales, plantean que los combustibles elaborados en base a maíz y Soya, caña de azúcar y otros cultivos, promueven una solución suave del consumo de petróleo a una economía de combustible renovable, amigable con el ambiente y que regida por el libre mercado, contribuiría  a mitigar el impacto del calentamiento global planetario. Este argumento es  absolutamente falso. La creencia de abundancia y transición  sustentable pretende desviar la atención  de los intereses económicos de los países industrializados y monopólicos y somos los países en vías de desarrollo quienes tenemos que pagar un altísimo costo del estilo consumista petrolífero del norte. Ademas, de ocultar las consecuencias importantes de las transformaciones  de nuestro sistema alimentario  a combustibles, las agresiones culturales y cosmogonia de nuestros pueblos indígenas, “los alimentos son sagrados”.
El interés de las empresas transnacionales de los transgénicos es controlar las semillas comerciales. La empresa Monsanto, controla el 90% de semillas transgénicas que se planta en el mundo, Y Sangrenta, Dupont, Bayer, controlan el 44% de la venta de semillas a nivel mundial.
La carrera por encontrar  el sustituto del petróleo, a través, de agro combustibles, puede resolver el problema de la disponibilidad de combustibles  pero no resuelve el problema del calentamiento global del planeta, todo lo contrario, acelera mas el calentamiento de la tierra ya que se destruyen millones de hectáreas de bosques y biodiversidad, el secamiento de cuerpos de agua, y la extinción de especies florísticas y faunísticas en el mundo.
Pero, lo mas grave es que se profundiza el hambre en el mundo, al escasear y encarecerse los alimentos impidiéndose que los mas desposeídos puedan alimentarse.
Esta grave situación nos obliga a reflexionar, en cuanto al modelo hegemónico capitalista mundial, que impone por encima de las necesidades básicas de la población  sus intereses económicos. Es necesario, un nuevo orden mundial, un modelo humanista que priorice las necesidades fundamentales de los pueblos ante el capitalismo depredador, que pone en peligro la sobrevivencia de la especie humana en el planeta. Se trata, de un sistema justo, que distribuya las riquezas de la madre tierra en forma equitativa, un sistema socialmente humanista, el Socialismo.

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