CELEBRAN DIA DE LA PACHAMAMA, LA DEIDAD FEMENINA DE LOS ANDINOS

La Pachamama, la madre protectora, la que concibe la vida, es la diosa femenina medular de la cosmovisión andina, por eso durante todo el mes será honrada y agradecida con ceremonias en todo el país, sobre todo en el Noroeste, la región anexada al Kollasuyu, una de las divisiones territoriales del imperio incaico que desde tiempos ancestrales rinde devoción a la madre tierra.
A diferencia del mundo occidental que concibe al tiempo y al espacio por separado, el andino indígena no los distingue, son dos conceptos que van de la mano y que en quechua y aymara se nuclean en Pacha, "tierra" pero también "cosmos", "tiempo". De ahí que la Pachamama se encarna como la gran madre naturaleza, la que produce, engendra y la que también recibe los desmanes humanos.
"La Pachamama es la deidad por excelencia, la gran diosa originaria de la tierra. Controla la potencia de la naturaleza. En tanto diosa femenina tiene las dos caras: Por un lado es la fuerza creadora, la mujer que nutre, la fecundadora pero al mismo tiempo tiene su rostro voraz, puede ser destructora si se la enoja", explica a Télam el antropólogo Carlos Martínez Sarasola.
A la Pachamama "generosa", como define Isabel Condori, artista kolla integrante del Consejo Nacional de la Mujer Indígena, hay que cuidarla, respetarla y honrarla. "Todos somos parte de ella", dice, por eso desde hoy y a lo largo de todo el mes los pueblos andinos le agradecen, la "corpachan" (dar de comer y beber en quechua y aymara) y le rezan para que cumpla sus pedidos.
Es que después de las cosechas del ciclo anterior y cuando el invierno empieza a aflojar, la Madre Tierra se despierta y con hambre. Para alejar las pestes, pedir por la multiplicación de los rebaños, por las familias o por un buen año, las comunidades del NOA y toda la zona andina la ofrendan con hojas de coca, chicha, alimentos y cigarrillos, "todo para la Pacha", redondea Condori.
Como destaca el arqueólogo investigador del Conicet Hugo Yacobaccio, "la comida que se le ofrenda son las típicas de cada comunidad. Por ejemplo en la Quebrada es maíz, quínoa, papa, mientras que en la Puna es carne de llama". Y junto a su entrega, agrega, "se le solicita hasta el siguiente 1 de agosto para que provea de todos esos alimentos".
Si bien la ceremonia varia según lugares y costumbres, Condari cuenta que en el NOA dos personas mayores -una mujer y un hombre, que representan la fertilidad y la energía del sol, respectivamente- son las primeras en iniciarla.
El ritual consiste en cavar un pozo en la tierra (que simboliza su boca o útero) e introducir en ella sus regalos sagrados. Una vez sahumados y luego de los pedidos, se tapa el hoyo y la fiesta arranca con música y baile.
Pero la tradicional cultura andina no puede entenderse más que en términos duales; de ahí que la Pachamama necesite de su complementario, el Inti (Sol), Pachatata o alguna otra deidad masculina, que completa la imagen del cosmos andino de convivencia armónica.
De igual forma, varón y mujer: "Uno sin el otro no es nada", dice Condori y Sarasola refuerza: "No se puede concebir lo femenino más que en conjunto, es una totalidad".
"En nuestro idioma no existe la palabra feminismo como en el de ustedes, existe el agradecimiento y el pedir, la ayuda mutua" porque "todos somos naturaleza", precisa la artista kolla. Es que la cosmovisión andina se entiende por su mitología y en ella la Pachamama, la mujer, necesita de la energía, el varón, para dar vida.
Será por esa forma de aprehender el universo, pautado por un vínculo entre el hombre y la naturaleza, que este ritual cuyo origen se remonta a la época preincaica y que luego con el Imperio de los Incas se convirtió en unos de los ritos centrales del calendario andino, suma año a año más creyentes.
De deidades femeninas, destaca Yacobaccio, la más importante en el mundo andino actual es la Pacha pero también en algunos pueblos está Coquena, a quien muchas veces se la describe como una mujer pero otras como un enano. La religión incaica, que no fue generalizada en su totalidad, tiene también a otra mujer que es Mama Ocllo, fundadora de la dinastía inca".
Como la Pachamama es vida, está en constante movimiento de reinterpretación. Después de la conquista, cuenta el arqueólogo, "se la identifica como la dueña de la tierra y de los recursos naturales. Entonces hombres y mujeres para hacer uso de esos recursos tienen que pedir permiso. Es un culto rogativo".
Lejos del antiguo Kollasuyu -una de las divisiones territoriales del Imperio Incaico que se extendía desde el sur de Cusco (Perú) hasta Santiago del Estero y hasta el río Maule en Chile-, la celebración de la Pachamama se incorpora a la cosmovisión de comunidades indígenas a lo largo y ancho del país así como a la de grupos urbanos o rurales, acercándose cada vez más a la identidad de todos los argentinos.
Según los especialistas, esta visibilización de creencias se da en el marco de una recuperación o consolidación de identidades de los indígenas americanos. Ciertos rasgos que originalmente representaban a determinados grupos indígenas son ahora compartidos por otros, incluso de las ciudades o zonas alejadas del universo agro pastoril. La Pachamama es uno de ellos.
Télam